Tras visitar y comer en el Llar de Viri, nos acercamos a Gijón para cenar con nuestras amigas de Empáchate y A Buen Bocado. La verdad, que tras el día “tan gastronómico” que llevábamos no pensábamos poder disfrutar tanto de una cena como lo hicimos en el Crocante, ya que, además de buenísima, fue abundante y a muy buen precio, unos 32 € por barba con varias botellas de vino y postres. Vamos, para salir de allí y tomar un Gin Tonic digestivo por obligación…

El local, muy bonito y acogedor, en una casa en pleno barrio de Cimadevilla, combinando madera y piedra, con una luz perfecta y con ventanas que permiten sentir el buen ambiente del barrio. Tiene pocas mesas, por lo que recomendamos resevar.

Una cocina que combina a la perfección platos clásicos con innovadores y el “fuera de carta”. Así, pudimos probar su pulpo a la brasa con alioli de pimentón, sus Gyoza (unas exquisitas empanadillas japonesas de gambas o de verduras, ambas imprescindibles), zamburiñas a la plancha, unas ventrescas de bonito fuera de carta que podeís también apreciar en las fotos, y un poco de pato, todo para compartir. Nos quedamos con ganas de probar sus famosos cachopines de angus, cecina y manzana,pero no les quedaban, así que ya tenemos excusa para volver…

Enhorabuena a David y Cristina, porque han acertado de lleno con el restaurante y a Olalla, Marta, Natalia y Montse por aconsejarnos y acompañarnos.