Al igual que decíamos con el Mesón Molinero de Traspinedo, nos encontramos ante otro tradicional mesón castellano de los de ” sota, caballo y rey”. También aqui la gente sabe a lo que viene, una escueta carta, pero todo ello excelentemente elaborado y a buenos precios. Nosotros vamos mínimo una vez al año y nunca hemos pagado más de 25 € por barba. El servicio es rápido y amable.

Nuestra recomendación paladar y tomar ha de ser a toda su carta. Imprescindible probar sus gorditas croquetas de huevo, los calamares siempre en su punto, las ensaladas fresquísimas y con una lechuga del terreno que quita el hipo, sus 2 platos de carne como son su famoso conejo a la parrilla con ajillo en cazuelitas de barro y el pincho de lechazo, ambos a la brasa de sarmiento y sus postres de flan casero de huevo como los de antaño y su tarta de piñones.

En fechas señaladas conviene reservar ya que, aunque cuenta con dos grandes comedores, lo suelen tener lleno de gente que se desplaza a Matapozuelos a comer aquí. También cuenta con bar y una bonita terraza de verano.