No penséis equivocadamente los que nunca habéis oído o comido esta pieza del cerdo ibérico, que no estamos hablando de reptiles, sino de un delicioso cordón del lomo del cerdo, que recibe este nombre por su forma alargada en tiras de dos a cuatro cms. de grosor. Es una carne magra muy jugosa, puesto que tiene pequeñas vetas de grasa que hace que no se quede reseca y que la hace idónea para las brasas. Y así es precisamente como la preparan nuestros amigos del Montellén, en pleno lateral del Mercado del Val.

Tras 5 años de actividad, es quizá la especialidad en barra más destacada de este restaurante que supone la continuidad gastronómica de la finca que poseen en Salamanca con el mismo nombre dedicada a la ternera morucha y al cerdo ibérico, especialidades que también encontramos en su carta junto a pescados salvajes al horno (los fines de semana), bacalao al pil pil y, como no, embutidos propios de la Finca Montellén.